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Arquitectos: NØRA studio
- Área: 945 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Luís Díaz Díaz
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Proveedores: Adobe, AutoDesk, TONIA FUSTER, Tres, Trimble
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El diseño de un edificio residencial a través de un sistema de relaciones visuales, personales y espaciales era un punto de inicio para este proyecto, donde la tradición y la contemporaneidad van de la mano.
En el centro del municipio de Muro se encuentra un bloque residencial de cuatro pisos. El edificio se articula alrededor de un elemento: la fachada. Esto se desarrolla en una faceta interior, más opaca, y una exterior, abierta a la calle con grandes aperturas. Entre las dos, se forma un espacio habitable que funciona como núcleo de circulación.
El concepto de la fachada como acceso horizontal y vertical al mismo tiempo mediante un sistema de escaleras, corredores y ascensor, nos permite crear un espacio de conexión entre el usuario y la ciudad, y también entre los vecinos, mientras se mantiene y promueve una intimidad donde es necesaria. Los vecinos del bloque pueden ocupar estas áreas intermedias, convirtiéndolas en una extensión de sus viviendas y generando así un viaje visual a través del espacio vertical, relación potenciada por la transparencia que provee la elección de unas escaleras y plataformas con rejillas metálicas de tipo tramex.
La situación del bloque, entre el convento de Santa Anna y la parroquia de Sant Joan Baptista, da sentidos distintos a la fachada a lo largo del año. En el día a día los coches monopolizan la calle y su profundidad sirve de filtro acústico; en cambio, cuando la calle se convierte en escenario de fiestas y procesiones, ejerce la función de tribuna que tienen los balcones en los edificios colindantes. Respondiendo a la ubicación, la piedra de marés conforma la imagen exterior del edificio. Dentro del muro se esconde un esqueleto metálico conectado a la estructura. La falta de una fachada tradicional hacia la calle se complementa con dos patis de luz y ventilación que extienden el perímetro exterior de las viviendas. Las zonas de carácter semipúblico y abierto funcionan como filtros entre las vidas privadas y publicas de los residentes.
Basándose en la disposición de las paredes divisorias y los patios, la planta del edificio se convierte en un elemento flexible en el que la composición de cada piso es diferente. Las zonas habitables de día son accesibles desde su entrada, y las zonas mas intimas se sitúan en el extremo opuesto, donde el edificio se abre con unos balcones corridos que definen una fachada posterior más íntima.